«Me han dado trabajo, finalmente. El circo se llama Fratelli Martoni y van en mi misma dirección, así que por unos días voy a compartir viaje. Hemos acordado, dadas mis posibilidades físicas y mis antecedentes profesionales -les he dicho que soy escritor-, mis reponsabilidades: mejorar los guiones, modernizar y hacer más atractivos los espiches del presentador y conseguir que los pallasos hagan gracia de una vez por todas. No ha habido opción a negociar en el tema de las palomitas, los números del sorteo del descanso y el disfraz de Picacho a la salida: serán también míos.
Debo sentirme satisfecho. Como caliente y viajo, y tengo ocasión de aprender polaco con los trabajadores y malabares con "el" artista del circo. Me siento, en fin, al inicio de una conquista. Ese aire puro.»
Antonio Las Vegas, Días de frontera, días de circo.